En el día de navidad,
cuando el espíritu de Yule entra en la Tierra
y nos recuerda que la Luz vuelve a brillar,
el aire se percibe más fresco ante la apatía,
la piel se siente más libre ante la cobardía
y el viento puede escucharse mejor que cuando huía...
La piel me recuerda
que hay videntes del camino jugando alrededor,
cuando entre mano y mano percibimos al universo que vibra con amor,
somos muchos en tan poco tiempo
que perdimos la noción del sueño,
pero hoy volvemos a recordar lo que nos mueve por dentro.
Escucho las palabras de los maestros,
comprendo las motivaciones para hacerlo,
sé que existen los sentimientos y quizás por eso me revelo,
será que algún día regresás a esta piel que extraña tus besos?
Cuando el tiempo se detiene en esto de ser humanos
y puedo percibir el llamado del viento en la piel al descubierto,
me pregunto si las decisiones de mi alma
contemplaron la debilidad del corazón de alcachofa
que se esconde tras la máscara!
Parece tan simple como dejarse fluir
sabiendo que el universo me ha dotado de alas,
parece tan sencillo como teclear un mensaje
conociendo ya la respuesta que hay al final del viaje,
parece como si no existiera más camino que el trazado
y esto pudiera serme útil para sobrevivir al pasado,
pero el cuerpo se detiene ante los recuerdos de lo que se siente por un abandono,
la niña mala desea estar cómoda con sus cuidadores amorosos ante desengaños,
mas lo increíble es que a pesar del tiempo, las explicaciones y las predicciones,
la piel se mantenga alerta cuando el alma reconoce algunas partes cerca...
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