En una mañana de viernes templado otoñal, Mariposhada decide salir por la ventana a recoger manzanas. Nadie se explica por qué hay tantos colores atravesando el portal trasero de la casa y nadie sabe tampoco que quien atraviesa es el hada. Ella simplemente saltó por el marco del agujero y cuando puso sus pies en el césped congelado, descubrió lo hermoso del hielo en sus manos. Cantando y danzando recoge la cosecha, una a una se llena la falda de fruta dulce y fría, va y viene jugando con el sauce a las escondidas y descubre la magia que se oculta en cada lágrima cristalizada que cuelga de las ramas. ¡Son manzanas mágicas! ¡Son manzanas de niñez cálida en medio del viento que se cuela por sus brazos! ¡Son simplemente manzanas para el desayuno en el fin del mundo, donde el camino le ha devuelto recuerdos y sentimientos anaranjados! Vuelve después de un rato a entrar por la ventana de su casa de hadas, enrollándose en el arcoiris que carga en la espalda, doblando piernas como un caracol que lleva su hogar a cuestas, pues sabe que esté donde esté, va a ser feliz... si puede seguir disfrutando un rato del aire frío entrando por la nariz.
Recuentos de una Mariposa con alas de colores, que recordó su nombre, Moira, al volver a nacer...
viernes, junio 15, 2012
De mañana
En una mañana de viernes templado otoñal, Mariposhada decide salir por la ventana a recoger manzanas. Nadie se explica por qué hay tantos colores atravesando el portal trasero de la casa y nadie sabe tampoco que quien atraviesa es el hada. Ella simplemente saltó por el marco del agujero y cuando puso sus pies en el césped congelado, descubrió lo hermoso del hielo en sus manos. Cantando y danzando recoge la cosecha, una a una se llena la falda de fruta dulce y fría, va y viene jugando con el sauce a las escondidas y descubre la magia que se oculta en cada lágrima cristalizada que cuelga de las ramas. ¡Son manzanas mágicas! ¡Son manzanas de niñez cálida en medio del viento que se cuela por sus brazos! ¡Son simplemente manzanas para el desayuno en el fin del mundo, donde el camino le ha devuelto recuerdos y sentimientos anaranjados! Vuelve después de un rato a entrar por la ventana de su casa de hadas, enrollándose en el arcoiris que carga en la espalda, doblando piernas como un caracol que lleva su hogar a cuestas, pues sabe que esté donde esté, va a ser feliz... si puede seguir disfrutando un rato del aire frío entrando por la nariz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuando soñamos las cosas parecen más reales...
el sueño nos conecta con nuestro mundo interno
Espero una de esas manzanas heladas ;)
ResponderEliminar