Toda moneda tiene siempre dos caras,
cuando levantamos una del piso también estamos recogiendo la otra aunque no queramos,
así poco a poco van juntándose las mitades en la vida
y nuestra alma termina de completar rompecabezas deformados por sueños y miedos del pasado...
Si estoy sanando heridas de esclavitud emocional,
donde necesitaba de tu reconocimiento para respirar,
también me doy cuenta de cómo controlaba a quienes estaban bajo mi mando
ya fuera para no ser culpada o porque quería mantener mi lugar primordial.
Seguía reglas y me alegraba de los límites que castraban a los demás,
castigaba con vara dura a quienes se revelaban o equivocaban en su estado natural,
me esforzaba por ser perfecta sólo para resaltar en medio de lo que consideraba mediocridad,
competía constantemente por ser tu centro de atención aunque sacrificara la moral.
Sintiéndome dueña y señora,
primera esposa en el harem,
dirigente de masas,
princesa obligada a hacer,
hermano mayor,
cuidador de enfermos,
bruja perteneciente a órdenes sagradas,
o simplemente tu alma complementaria,
veo realmente la lección a aprender en todos estos juegos de roles:
soltarme la mordaza de la boca y las cadenas de las manos,
el cinturón de castidad de donde ya no quiero controles de soldados,
ser libre en mi femineidad externa,
ser dueña de mi masculinidad interna,
ser Moira completa!
el dragón de hielo y fuego que despierta!
Somos siempre ambos lados de la misma moneda!!
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