Cuando todo está en calma
una ráfaga de memorias entra por mi ventana,
son recuerdos de nadie y de la nada,
de todo lo que nunca ha pasado
y de aquello que tanto odiamos.
Cuando cae el velo oscuro salpicado de luces estrelladas,
me pregunto....
¿estarás pensando en aquel instante de cruce de miradas,
cuando tu aroma me transportó a los años de locura áspera
y mi piel te llevó al borde del abismo a través de la nostalgia?
Cuando el silencio se come al espacio de hielo y tormenta,
montamos guardia a la orilla de la puerta,
pues sabemos desde el fondo del alma
que si no es hoy que venís será mañana,
pero nunca es tarde para reiniciar la marcha.
Así que espero...
respirando aire violeta,
contando los días, los años, los planetas,
soltando ataduras viejas,
reparando heridas complejas,
abriendo lugar para las nuevas vivencias,
¡saliendo a la calle para ser lo primero que abracés cuando estés de vuelta!
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