Pocas veces me pierdo en cavilaciones sobre lo que quiere decir o no decir algo en un encuentro, menos aún cuando es entre extraños o de una noche de tragos; pero resulta que aquí me veo de pronto preguntando, qué sintió, qué pensó, qué puede ser lo que le desató equis comportamiento. Parecen tan inverosímiles algunas acciones que ahora entiendo a estas personas que no comprenden las razones detrás de cada pensamiento. Actúan extraño, de eso no cabe la menor duda, y además de la educación que nos hayan dado, creo que ni ustedes mismos saben lo que quieren más allá de una cama y un abrazo, pues si se les pone un límite se ofenden y si se les abre la puerta entran en pánico.
Así que mejor voy soltando la atención en esto que querés provocar, dejo que fluya la vida a como lo venía haciendo y sólo el tiempo dirá qué conviene, cuándo vas a madurar y en que vamos a acabar... yo simplemente observo y decido si acepto o no acepto.
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