viernes, enero 25, 2013

El rostro sensible

Cuando comencé a buscar el movimiento de caderas de manera voluntaria, más allá de lo que pudiera significar a menera de ejercicios o relajación corporal, mis mandíbulas comenzaron a apretarse entre sí del lado izquierdo de la boca, causándose daño a sí mismas, cual castrante vigilante que castigaba el posible disfrute de una sensualidad redescubierta por mi ser interno...

Caigo en cuenta de esto y puedo verlas como si fueran una nodriza controladora, castigadora, reprimida, que desea contener dentro de sus normas prejuiciosas a la niña deseosa de jugar, a la adolescente que se rebela contra las estructuras aburridas y pudorosas del mundo adulto y a la mujer que busca quitarse de encima los cinturores de castidad y las mordazas que la han mantenido callada y conducida por un camino de máscaras hipócritas y censura social.

Sé que no es nadie más que yo misma. Sé que esto no es más que una proyección de mis propios escrúpulos culturales que me empujan a castigarme por pensar siquiera en permitirme romper estándares. Sé que las consecuencias de esta búsqueda pueden ser tan maravillosas como yo me permita o tan horribles como quiera crearlas. Sé que los patrones que he atraido a mi vida últimamente, son también producto de este castigo que mi dictadora interna me ha inflingido...

Así que le hablo a mi mandíbula, le digo que podemos mostrar el rostro sensible sin que nos duela, sin tratar de sostenerlo a punta de torturas correctoras y daño destructivo de nosotras mismas, podemos hacerle saber al mundo que somos sensibles y, aunque alguien nos rompa el corazón, como intentó mostrasrme a través de las experiencias del pasado cercano, es más hermoso, satisfactorio y refrescante ser quienes somos, disfrutar de serlo y amarnos hasta que se nos partan los huesos, que vivir eternamente encerradas en el castillo de hielo que oculta al corazón de alcachofa que tanto protegemos.

Sí... tengo un rostro sensible, tengo una personalidad que desea amar y ser amada sin límites, tengo el sueño de integrar la pasión con el amor sin temor al dolor y hacerlo con quien también se permita esta forma de expresión... bienvenidas sean las nuevas aventuras en este vuelo de la mariposa que de vez en cuando se sumerge en océanos de emociones y se tranforma en sirena sensual y no tan buena...


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el sueño nos conecta con nuestro mundo interno