Llego la hora de ponerle fin a lo que nunca tuvo pies ni cabeza...
despejar el espacio que has ocupado para la llegada de cosas nuevas,
dejar partir tu sabor a fresa
que algún día me quitó el aliento
y me hizo comerte a besos...
Sé que quizás sea tarde para decirlo,
pero cuando me encuentro al borde del precipicio
puedo estar segura de que no es esto lo que quiero para continuar el viaje,
me abstengo de las ansiedades...
No me arrepiento del tiempo invertido,
ni reniego de lo que compartimos,
sé muy bien que cada uno hizo lo que quiso,
sólo que ahora quiero algo distinto...
más comprometido y exclusivo.
Te digo adiós hombre del caballito...