Las ceremonias, las medicinas, las palabras ... sé que poco a poco van sanando las ganas, pero mi impaciencia me traiciona y cuando me entero estoy de nuevo soñando con tu regreso, culpándome por mi inmadurez fantasiosa, deseando regresar el tiempo.
El alma está despierta y escucho a mi corazón desgarrarse como hace tanto tiempo atrás, la piel se estremece al darse cuenta de que debo continuar y pregunto... al viento, al universo, a mi maestra, a mi ángel guardián: ¿alguien puede avisarle a mi versión más joven que se contenga, que detenga su decisión de dejarte, que valore lo que había al encontrarte? Sé que yo sentí la advertencia de mi versión mayor, pero no supe interpretarla y tengo la esperanza de que alguna de mis partes aprenda la lección sin perderte de camino a este crecimiento interior.
Hoy... el alma lloró de nuevo, cuando en voz alta tuve que pronunciar lo que tanto temo.
Hoy... sé que no puedo continuar esperando tu regreso y quiero avanzar hacia nuevos sueños.
Hoy... con el corazón en carne viva te arranco un poco más,
respiro despacio para no hiperventilar de pánico,
abro los ojos lentamente sintiendo mis pasos
y confío en seguir caminando.
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