viernes, marzo 14, 2014

Esto de la magia...

Cuando una de estas voces afuera de mi cabeza hace reflejo de lo que siento por dentro, cuando uno de esos "alguien" que vive ajeno a mi verborrea mental repite las descripciones de milagros que ocurren en mi cotidianidad, entonces sé que no estoy soñando, que no duermo a la orilla del lago simplemente para despertar algún día y darme cuenta de que estaba jugando.

La magia se respira a nuestro lado, la magia se palpa con las manos. Converso con un compañero álmico recién encarnado que me elige para abortarlo y me permite sanar tantas heridas del pasado, solicito al universo participar de un hermoso programa de radio y horas después me ofrecen conducirlo sin mucho pensarlo, fantaseo mientras duermo con la idea de casarme sin ataduras emocionales y recibo noticias de amigos que lo mismo han pensado.

Es simplemente mágico cómo se acomoda el universo cuando nos permitimos dejarlo, cuando no cuestionamos si estará bien o mal accionar basándonos en deseos infravalorados, cuando lanzamos a la vida peticiones sin mucho esfuerzo de creación conciente y cuando nos damos cuenta ya se está manifestando.

Después de putear un rato al cielo por tanto dolor de desapego, después de maldecir una y mil veces mi eterna indecisión nostálgica en los peores momentos, después de dejarme vivir el día a día sin culparme por un mañana inexistente aún, viene mi hadita caribeña, mi brujita de miel y almendras, y me dice que todo puede arreglarse, que existen soluciones maravillosas para situaciones de aprendizaje álmico.

Sí, parece que vamos a poder lograrlo, simplemente porque lo siento, porque algo adentro de mi me dice que es lo que estaba esperando....

domingo, marzo 09, 2014

Mi egoísmo

Aunque me cueste reconocerlo, hay una parte egoísta de mi que está rasgándose las vestiduras al dejarte. Sé perfectamente que no debo estar más aquí, sé que cuando hacés ciertas cosas me molestan tanto que desearía alejarme volando sin volver a ver atrás, sé que no puedo satisfacer mis formas de vivir con vos, sé que nos sos el hombre para mí... y sin embargo, siento de nuevo que estoy partiéndome la vida en dos al abandonar la casa, al separar nuestras cosas, al no dormir de nuevo con vos a mi lado y al dejar de verte, de tocarte, de besarte cotidianamente.

Maldita conciencia que me hace darme cuenta de que no me conviene seguir aquí. Maldito destino que me hizo encontrarte cuando ya estaba por irme de regreso a mi país. Malditas cartas que me gritan en la cara una y otra vez que no es este mi lugar, ni vos mi compañero, maldita impulsividad que me jugó sucio de nuevo y maldito corazón que se enamora con tanta facilidad y no se cansa de romperse cada vez que me equivoco de sendero.

Sí, soy egoísta, porque lo que deseo en el fondo de mi corazón, es pasar seis meses del año en tus brazos y el resto del tiempo paseando. Sí, soy egoísta, porque quisiera llevarte en el bolso de mano y reconstruirte en esos detalles que me sacan de quicio de vez en cuando. Sí, soy egosita, porque quiero estar con vos aunque no deba, porque quiero quedarme a tu lado aunque todo mi ser se alarme de la elección de mediocridad que hago.

Espero que mi egoísmo también logre sanar pronto la nostalgia que me mata poco a poco, espero que pueda reparar la herida que volvió a abrirse antes de cicatrizar completamente y espero que me haga olvidar los sueños de amor que una vez compartimos a la orilla del lago y en medio de tanta felicidad.

Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno