Hace algún tiempo sentí la necesidad de abrir mi pecho honestaente,
en ese momento no tenía tanta claridad de las razones
pero era más fuerte el deseo de proteger a algunas personas que el temor a exponerme,
con los días, semanas y meses
esa apertura se fue cubriendo de antiguas costumbres culposas y serviles,
creyendo inconscientemente que debía estar al pendiente de otras necesidades,
hoy por hoy...
después de algunas ásanas acuáticas,
habiendo ingerido pino por montones,
sacándome de adentro las promesas de limitaciones
y sabiendo que rompo con cualquier juramento de protección obsoleto que haya hecho,
regresa la sensación de honestidad a mi pecho,
sintiendo que hay igualdad en las relaciones
y ocupándome de las consecuencias de mis propias decisiones,
al natural y sin tantas máscaras de protección,
pues sé que a la única alma que debo cuidar es a mi Yo Superior.
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