lunes, abril 23, 2012

Las llamadas

Cuando el ser humano sintió la necesidad de comunicarle al Otro lo que pensaba, sentía o quería, tuvo la idea de llamar su atención de alguna manera. Hemos llamado la atención de alguien que nos interesa, de quienes no queríamos que notaran nuestra presencia, de algunos que no sabíamos siquiera que existían y hasta de quienes odiamos que aparezcan. Hemos llamado la atención de quienes nos rodean de diversas formas, pero siempre creamos un mismo efecto, se nos moviliza algo por dentro cuando captamos la energía de nuestro objetivo o de aquel que se conecta con nuestra frecuencia.
Hoy por hoy tenemos llamadas telefónicas en los momentos más inoportunos que nos dejan un sin sabor en la boca porque no tenemos palabras para explicar que por un dejo de histerismo no queremos perder la conexión a la distancia, aunque no deseábamos ni contestar un saludo pasajero, pero nuestro ego necesitaba confirmar que seguíamos siendo importantes para alguien al otro lado del espejo... la locura de la necesidad afectiva!
Tenemos llamadas cibernéticas que aunque no queramos contestar se empeñan en dejar mensajes digitales en los lugares menos pensados y por esa curiosidad de saber qué sería lo que hubiéramos escuchado, terminamos leyendo historias ajenas de emociones encontradas y desencontradas, de ideas alteradas y de acciones lamentadas... la locura de la curiosidad que mató al gato! y termina por quitarnos un poco de paz cada vez que releemos lo escrito, pues aunque no queramos caemos en la tentación de volver a leer lo que ya nos pareció increíble antes.
Tenemos las llamadas cálidas, amorosas, esperadas, que por cualquier vía que quieran entrar en nuestra cotidianidad estamos felices y dispuestos a recibirlas, pues nos acompañan en momentos de ansiedad y nos recuerdan día a día que no estamos solos en esto de jugar a ser humanos con emociones, sueños y esperanzas; estas llamadas pueden subirnos a los cielos y darnos empuje para volar y pueden ponernos los pies en tierra de manera comprensiva y respetuosa; lastimosamente son las menos, pues tenemos esta tendencia a conectar con quienes debemos trabajar deudas pasadas y no quedarnos quietos en los momentos de sanidad... la locura del trabajo interno! que vamos haciendo aunque no nos demos cuenta y debemos conscientizar para poder encontrarle sentido al no vivir en el oasis que nos da descanso y paz.
Finalmente están las llamadas de alma, que pueden ser tan sutiles como una mirada, un sueño, el roce de un aroma, una luz multicolor alrededor de un cuerpo, un recuerdo nostálgico que nos deja sin aliento o simplemente el darnos cuenta de que alguien, en algún lugar del universo, nos está también queriendo. Estas llamadas no debemos contestarlas, salvo que estemos seguros de querer jugar sin máscaras, pues nos revelan el propósito de las almas a través de los ojos brillantes, de un sinsentido en el tiempo y un compromiso de aprendizaje certero... la locura es que no nos dicen que puede haber tormentos!, pues entre más nos atraigamos unos a otros, más fuerte es la historia a transmutar y podemos repetir patrones olvidando las verdaderas razones de hacer y recibir el llamado del viento.
Cuando hoy me recordaste el momento de escucharte invocar a los elementos atame en mano, la llamada que nos obligamos a no contestar anteriormente hizo conexión con las ganas olvidadas de verte brillar en medio del círculo de magia... la locura de encontrarnos fuera del tiempo y del espacio de nuevo!

1 comentario:

Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno