Una promesa

Cuando hace unos años me dijiste que me dejabas el futuro pintado en un pedazo de cartón, esperando la vuelta en la que el destino quisiera de nuevo juntarnos, me reí de tus promesas vacías y carentes de sentido ante las últimas acciones de tu ego herido. Hoy, cuando mi personalidad humana ha aprendido a soltar sin nostalgia, cuando he transmutado en amor las venganzas y me permito la libertad flexible de disfrutar sin demandas, puedo entender que no era aquel el momento, sólo una preparación para este presente sin tiempos ni espacios, sin ataduras sociales y no por complacer a otros, sino porque lo deseamos.

Será que somos tan melodramáticos que necesitamos el casi olvidarnos para recordar los verdaderos pasos? Será que nuestros niños caprichosos necesitaban madurar por tanto tiempo para permitirnos expresar los verdaderos sentimientos? Será que siempre has sido, como dice mi brujita caribeña, el Maguito Oscuro que he buscado en sueños, pidiéndole al viento que me trajera tu aroma de otros tiempos?

Aún no doy por sentado nada. Quiero esta vez darme el tiempo de sentir-te en las miradas, de abrazar tu cuerpo con calma y redescrubir la magia que siempre hemos tenido al rozarnos las manos, estallando al más mínimo contacto. Sé que estos días que se avecinan pueden ser mágicos!

Es una promesa de amor, una promesa de magia, una promesa de dejarnos vivir lo que tanto hemos reprimido ... y sé que debo darle libertad a mi corazón para vivirlo ... aunque una pequeña partecita de mi alma se asusta de perder otros caminos (confesión a último minuto, de pie al lado del sillón, cuando ya ha pasado la hora y no queda tiempo de explorar este temor).