jueves, abril 23, 2015

Entre arrepentimientos, sueños y deseos

Hace mucho tiempo atrás, la princesa perdió la cordura y creyó que su castillo fantástico era una prisión, vio al dragón que la protegía y admiraba como una cadena que no le permitía volar y las cosas le resultaban tan fáciles de adquirir y construir que las sintió aburridas y falsas... algo no calzaba... su percepción de la realidad estaba saturada de ideas incorrectas sobre el amor y la felicidad. Huyó entonces del castillo, huyó de su compañero de camino y huyó de un futuro perfecto, que creía vacío, cuando lo que estaba incompleto era su mundo interno.

Años después, esta misma princesa recuperó en parte la cordura y comenzó a valorar la importancia de lo que su dragón le daba, empezó a ver al dragón de nuevo como el ser mágico que amó al principio de su historia y se dio cuenta de que deseaba regresar a las noches de películas y comida china, más que cualquier otra cosa en su vida... pero ya era tarde... el dragón había abandonado el castillo y juró jamás regresar. Su corazón herido no la podía perdonar y ella sabía que sus promesas siempre fueron cumplidas.

Han aparecido otros seres mágicos en su camino. Aves fénix que le recuerdan cómo renacer de entre las cenizas, tritones valientes que la sacan del aburrimiento cada vez que se siente ahogada por los recuerdos, lobos salvajes que le despiertan las ganas de regresar a una manada, pero algo falta... algo la hace seguir vagando por las noches y las días sin confiar en quienes le ofrecen estabilidad, algo hace que no se sienta natural.

Ya sabe que Él no regresará. Ya sabe que debe seguir respirando y construir nuevos momentos de cotidianidad. Ya sabe que desea volver a amar, regresar a los compartires tranquilos que le suavizan las murallas de hielo, sentir de nuevo mariposas en la panza por quien la mire a los ojos sin máscaras de conquista barata. Ya sabe que no quiere sólo sexo, sabe que quiere una mano para tomar, un pierna para sentir al lado, una espalda qué acariciar, un abrazo profundo y largo.

Sabe que muere por acurrucarse en el cine, por sonreír al recibir un mensaje de texto inesperado, ir a la playa y caminar al aire libre juntos disfrutando. Sabe que necesita a ese compañero romántico que cruza mar y tierra para complacerla con detalles mágicos y por quien ella buscaría bajo cada piedra el regalo perfecto que él desea aún sin pronunciarlo.

Quiere despertar con ese aroma a su lado, sintiendo la electricidad que el juego sexual despierta en ambos.... sabiendo que los dos están enamorados y en cada caricia hay ternura, seducción y lealtad que los va acercando. Quiere reírse a carcajadas jugando como niños, disfrazándose, escuchando conferencias sobre seres fantásticos, haciendo tamales, viajando.

Le han prometido que está cerca, que también la desea a ella, que pronto se encontrarán bajo las estrellas. Ahora practica su paciencia y se conecta con su felicidad interna, pues sabe también que atrae lo que ella sea; y recuerda... no enamorarse del potencial de nadie, sino del presente que le muestran!

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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno