Conocemos la dificultad de mantener la distancia,
sabemos que nos cuesta controlar la piel y sus ganas,
es doloroso hasta los huesos no contestar una llamada
y luchamos con los dedos que quieren saludar por las mañanas...
no sos el único que lucha con los impulsos del alma,
pero me jugás sucio cuando mandas palabras
que sabés que deseo escuchar antes de levantarme de la cama
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