sábado, enero 12, 2013

Su Majestad...

En medio de las despedidas que hacemos entre amigos, las palabras de uno de mis bichos sensibles y siempre presente en mis días contínuos, puso en evidencia la dinámica central que me asfixia... ¿Qué quiere su majestad?

Una simple pregunta y la frase... "Yo era y no era del séquito" me reflejó una realidad de la que deseo escapar...

Ya no deseo ser más centro de atención en medio de expectativas de terceros, ya no deseo ser quien maneja los hilos del destino de otros pasajeros en este vuelo por el universo, ya no quiero miradas juzgadoras sobre mi comportamiento, ni que extraños opinen acerca de mis desiciones y deseos.

Ya no soy la ñiña vestida de porcelanas antiguas, ni la muñeca de casa a quien le dirigían la vida, me revelé hace años de esta comedia aburrida, pero en realidad no había terminado de salir aún de la cárcel social en que vivía. No fue hasta que mi amigo hiz mofa de esta posición grupal autoasumida, que caí en cuenta de que realmente aún seguía estando en el ojo del huracán del que tanto quise escapar.

Se abren puertas lejanas, puedo verme rehaciendo mi historia de la nada... lo deseo, aunque sepa que siempre que regrese a casa estará esperando mi séquito de acompañantes, quiero jugar por un rato a ser la "don nadie" que camina libre y sin prejuicios atravezando el camino, ¡simplemente sintiendo el viento!


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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

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