En medio de recuerdos y sueños,
al lado de una playa que me trae agua dulce al alma,
sintiendo el calor del sol a través del aire que me limpia el rostro,
recogiendo hojas naranja del camino que me lleva a casa
y abriendo portales de hadas,
puedo decir por fin que encontré un lugar donde quiero descansar,
sólo falta una cosa... no estás acá!
No sé bien qué significa esta extrañeza cubierta de nostalgia antigua,
ni por qué no termina de concretarse el descubrimiento de corazones,
tampoco me explico cómo haré para reconocerte en medio de tanto tiempo
pues el viento ha soplado mil años sobre los andes,
llevándose consigo memorias de lágrimas y heridas
que hoy se pintan de blanco con forma de pañuelo
y tienen nombres conocidos sólo por mis ancestros...
Escribiré entonces palabras de miel y chocolate
que sólo tu corazón sabe leer,
lanzando al universo un deseo
mientras le pido a mi estrella que te bese de lejos,
pues sé quién soy, sé a dónde pertenezco y por qué razón quise nacer de nuevo,
pero también recuerdo...
y sólo la piel puede comprender lo que anhelo,
más allá de un acento, de unos ojos brillantes o de un beso,
es el recuperar la posibilidad de sentir al cien por ciento.
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