sábado, noviembre 12, 2011

La flor y el gusanito

Terrible confusión,
no sé si soy la flor o el gusanito en proceso de mariposa...
creo que he sido ambos y ninguno a la vez,
pues de ser flor me hubiera agachado para ayudarte
pero mi orgullo me mantiene con la mirada hacia el sol,
pues sí soy un girasol;
y de ser gusano,
ya habría salido volando...
será versero que encontramos la respuesta al final del sendero?

Alcanza tu sueño... la historia de un gusanito
Me®

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un grillo.
-¿Hacia dónde te diriges?, le preguntó. Sin dejar de caminar la oruga contestó:
-"Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo"
Sorprendido el grillo dijo mientras su amigo se alejaba:
-"¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? ¡Tú, una simple oruga! una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar, y cualquier tronco una barrera infranqueable".
Pero el gusanito ya estaba lejos y no le escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo:
-"¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?".
Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante:
-"Tuve un sueño y deseo realizarlo: subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo".
El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo:
-"Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa".
El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir.
-"¡No lo lograrás jamás!", le decían, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo y murió.
Por días todos los animales del valle fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y, con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una MARIPOSA.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño: el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

Todos se habían equivocado.

2 comentarios:

  1. para mi siempre vas a ser una mariposa versera! jaja

    viste que pusiste la historia que seguía? ;-)

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  2. si nene, q bruta! pero bueno por algo, el asunto de la montaña inalcanzable hasta q volamos tambien tuvo su sincronia ;)

    una mariposa versera .... jajaja, me encanto versero! ;)

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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno