La matriarca

Como por arte de magia... sí, por arte de esa magia que va resonando cada vez más en el corazón de alcachofa y borra las heridas enmohecidas por tantas lágrimas de ayeres que deben ser olvidados. Hoy, como por arte de magia, después de llorar a mares al comprender lo que se avecina, pudo decir la bruja verde que todo está en paz, que seguirá esta vez el camino trazado por las estrellas, sin dudar de las finalidades universales que esto conlleva, que no pondrá fin al producto del amor divino simplemente por el temor de no ser suficiente, que se permitirá asumir el espacio ofrecido porque sabe que es su destino, que será feliz de compartir lo que haya sin esperar más allá del alba, pues volará con sus propias alas... Hoy, por arte de magia, el corazón comprendió las lecciones de Claudia y se siente listo para viajar sin cargas, para aprender más sobre las estrellas y las hadas, para convivir con quienes han encontrado su camino de fuego y no quemarse en el intento... Hoy, en un día de voluntad tras la transmutación del enojo y el dolor, Moira se viste de amor y por fin está lista para partir. Debe aún tomar un poco de paciencia, de los elíxires que ella misma crea, pero sabe que simplemente es cuestión de tiempo para estar en casa, rodeada de su familia mágica.