jueves, marzo 26, 2015

Despejando el espacio

Hace varios meses, cuando mi corazón comprometido con algunos sentimientos no podía darle cabida a cerrar los ciclos, mi brujita caribeña me vaticinó una traición que me rompería en mil pedazos las ilusiones de reencontrarme con vos. Simplemente no podía concebir que aquella conexión fuera a romperse, que no existiera más contacto entre los dos.

Hoy, después de limpiarme el alma con el fuego sagrado del equinoccio, cuando he dicho en voz alta que quiero abrir mi espacio al amor, al haber escuchado predicciones de esperanza para días venideros no muy lejanos, finalmente recibí la noticia que tu boca dudó en darme, pero mi ser interno ya sabía desde antes... estuviste con alguien más!, compartiste con otra persona nuestro lugar, la dejaste ilusionarse con lo que podría pasar y al final, simplemente comparaste y me volviste a extrañar.

En otros momento de mi vida esta noticia hubiera sido el inicio de un drama singular, cargado de llanto, dolor y desgarramiento de sueños a futuro, pero hoy no... hoy simplemente te respondí desde el cariño que mi niña siente por su último compañero de juegos, hoy dejé que fuera mi espíritu y no mi personalidad humana quien guiara mis palabras.

Como el universo entre mi realidad y tu fantasía, en esta Narnia terrestre, siempre me enseña cosas, de pronto caí en cuenta de cómo he estado cerrando historias en los últimos días. "No quiero un café con vos, gracias" -- le dije al Ingeniero 1. "No quiero que vengás desde el sur para verme, gracias" -- le dije al Ingeniero 2. "No quiero recuperar el tiempo perdido desde nuestra historia adolescente, gracias" -- le dije al Ingeniero 3. "No quiero seguir esperándote en las noches nostálgicas, gracias" -- le dije al Ingeniero 4. "No quiero verte cada vez que venís al país, ni me voy a mudar a Neverland, gracias" -- Le dije al Ingeniero 5. "No quiero lidiar con tus dudas e ideas poco claras sobre tu posibilidad de armar pareja, gracias" -- Te dije, querido ingeniero número 6. Por la diosa! que montón de ingenieros he tenido en mi vida amorosa y quizás sea hora de cambiar la profesión de aquel con quien comparta de nuevo mi pasión.

Así que aquí estamos, sintiendo de nuevo la emoción de enamorarnos, pero sin saber hacia dónde nos lleve el destino, dejando que sean las ganas sin miedo y no las razones maduras y medidas, quienes empujen el carro de esta vida.

Somos muchos y no vamos para ninguna parte, hasta que yo termine de hacer estos cortes tajantes. Bueno, estoy en marcha del disfrute ... bienvenidos los encuentros que sientan la resonancia de este juego!

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