viernes, agosto 26, 2011

Recuerdos de vidas pasadas

Hay un punto de luz al final de algún camino, que me recuerda sin saberlo sensaciones e imágenes que pocas veces puedo explicar. Se acercan de nuevo treinta y tres años de estar esperando que simplemente regresés a casa, como habíamos planeado. Pero hago un alto... no recuerdo bien quién debía regresar, por qué razón te habías ido y cómo debíamos volver a juntarnos, porque un sinsentido no calza con esta añoranza y una sensación extraña de rechazo, me hace dudar de mis propios sentimientos sin rastro. Voy entonces juntando piezas, aclarando sueños, tratando de darle explicaciones a esto, porque en el fondo algo me dice que no puedo perderme de nuevo. Camino, respiro, me alejo, te acerco, huyo, me escondo, te busco, espero que leás entre líneas lo que no puedo gritarle al viento y me resigno a respetar decisiones que aún no comprendo. Confío en mi Luna que aunque a veces no veo, sé que no produce mareas sin causa, ni mueve agua de la nada.
Recuerdo... sangre, dolor, abandono, resentimiento, nostalgia, temor paniqueante, ganas de odiarte, un par de manos, un llanto callado, una pregunta que no alcancé a contestar, un no entender razones por falta de claridad... todo esto acompañado de una gran pasión que nos hizo romper promesas, una conexión sentimental que no dio espacio a más esperas, un darlo todo sin importar las consecuencias y un aprender mutuamente sobre la magia natural que alguna vez me enseñaste a amar sobre cualquiera.
Quizás algún día me atreva a decirlo en voz alta y vos también podás recordar o, quizás simplemente me veás con ojos comprensivos ante tanta locura y creás que soy una más de tantos recuerdos extraños que sin tener explicación se sienten cercanos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno