viernes, septiembre 16, 2011

La respiración del día a día

La tarea fue visualizar cada mañana cómo el oro y plata descienden por su espalda y el verde esmeralda conecta con sus raíces de hada. Ella recibe mensajes de maestras y hermanas y comprende cada vez mejor a su alma. Sabe que en el fondo siempre serán compañeros de camino, pues dos partes se reconocen a lo largo del destino y respira profundo al darse cuenta de lo que ha querido enseñarle su Bruja Maestra. Debe volar completa! Debe sentirse absuelta de toda culpa y dolor para poder entrar en el mundo del bosque mágico y la nieve azul de su regreso a casa. Debe no necesitar nada: ni sus besos, ni su piel, ni sus palabras, ni sus labios, ni su cuerpo, ni los sueños que los han conectado. Debe ser libre, feliz, consciente, fuerte. Debe sentir que no es un sacrificio el partir, sino un reencuentro con su magia. Ella respira de nuevo, se sienta dentro de su pirámide de diamante cristal protegida y suelta lo que le aprisiona el corazón de alcachofa, que alguna vez expuso al desarme. Ella recuerda minutos, horas, días, años, siglos y se deja caer de espaldas, confiando en sus alas tornasol que ya suenan impacientes por abrirse y salir de la crisálida. Ella y yo, flotamos en el aire del amanecer segundos antes de regresar al cuerpo físico que nos deja sentir de nuevo, pero esta vez sin tanto peso.

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