viernes, junio 01, 2012

Pidiéndole peras al olmo en un día de hielo emocional?

He recorrido este camino tanta veces ya, que me sé el libreto de memoria y puedo preescuchar palabras y sombras. Todo comienza siempre cuando me canso de recibir tus sobras. No hay cambios, no hay recomposturas, no hay por dónde escabullirse cuando la muerte asoma. El frío del acero atraviesa poco a poco mi corazón y percibo cómo se rompe en mil pedazos que ya alguna vez pegué a punta de cuentos y sueños esperanzados.

Esta vez hay algo diferente, una conciencia del deseo y los derechos, un no querer estar más en busca de aquellos, un dejarte ir con el viento que nos roba los besos y un caminar de frente a la luz que me ayuda a terminar de nacer en medio de lo deshecho.

Sé que no puedo esperar reacciones diferentes de tu parte, pues estaría queriendo cambiarte. Sé que digo en mil palabras lo que debiera ser una sola frase de despedida, pero me cuesta dejar atrás mi vida y aventurarme por fin al sin sentido del sendero, donde ya he estado sintiéndome sola y aburrida, hasta que te dejé entrar a mis días... y supongo que por eso prefería cubrirme de hielo, antes de volver a buscar lo que anhelo.

Sé que vamos caminando solos en la vida, sé que nadie se muere por estas decisiones, sé que somos más que conexiones descarriadas, pero sé también cuánto te va a extrañar mi alma y eso... me detiene al borde del abismo, abatida y deseando dormir de nuevo por mil vidas, hasta que pase la oscuridad del corazón y la mariposa vuelva de nuevo a brillar de amor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno