Viaje a Avalon en Solsticio de Invierno (pasando por Itaca)

Hoy, después de recordar promesas que me desangraron,
obligaciones que me dolieron
y sacrificios que nunca entendí en medio del olvido;
hoy, que mis lágrimas limpiaron mi alma
al pactar de nuevo con la Diosa por otras formas de servirla,
cuando mis labios pronunciaron palabras verdaderas
y mi corazón aceptó razones de destinos no encontrados;
hoy, que abrí de nuevo las nieblas de Avalon,
encontrándome con viejas estructuras derrumbadas por el odio,
antiguas creencias de deudas y deberes preventivos de desastres,
deseos de reconectar con la alegría de lo natural
y hermosas imágenes de lo que nunca debí dejar atrás;
hoy, cuando el viaje al interior hizo palpitar de nuevo mi alma,
mostrándome miradas brillantes en medio de la nada
y trayéndome noticias inesperadas,
recordé a un viejo amigo que en tiempos de ansiedad me regaló la historia del Viaje a Itaca,
pues como buen maestro que siempre ha sido,
no quería que desaprovechara de nuevo el recorrido,
el camino de regreso a casa....

"EL VIAJE A ITACA

Cuando emprendas tu viaje a Itaca

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Poseidón,

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al salvaje Poseidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos nunca vistos antes.

Detente en los emporios de Fenicia

y hazte con hermosas mercancías,

nácar y coral, ámbar y ébano

y toda suerte de perfumes sensuales,

cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.

Sin ella no habrías emprendido el camino.

Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,

entenderás ya qué significan las Itacas.

-Kavafis"