miércoles, mayo 30, 2012

El espejo siempre tiene dos caras

El mirarse a los ojos, en un espejo de obsidiana, puede causar locura permanente o simple encuentro con lo que siempre hemos tenido en mente.


Sé que puedo descubrir mi rostro una y mil veces, dejando al libre lo que viene y alzando el vuelo sin mirar atrás. Sé que ya no soy la misma que partiera lejos de casa, resistiendo tu mirada aún cuando la piel llamaba. Sé que abro círculos de llamas a mi alrededor, que si no fuera por la conciencia del amor, me quemarían las manos como hace años. Pero sé también, que detrás del cotidiano respirar, que me nutre y recompensa por haber elegido esta experiencia, hay un río de emociones que despiertan... y despiertan para no volverme sal.

Podrán entonces los días sucederse, avanzar cantando bajo el sauce, despabilarme iluminando mis noches con estrellas de amalgamas tierra/fuego, creer que somos más que un juego pasajero y al final... solamente quedará el recuerdo de un  suspiro, de una caricia sin sentido y de un  beso en lugares prohibidos. Te diré adiós con una sonrisa pintaba a punta de olvidos y te abrazaré como siempre hice hasta el final de este ciclo, pues las palabras no alcanzan para describir lo que mi corazón desea hasta el infinito, que al fin y al cabo ambos construimos.

No somos más que recuerdos de lo que prometieron. No somos más que ilusiones de cristal en medio de aquella tormenta que te trajo de vuelta. No somos estos cuerpos que se quemarán en el fuego transmutador de la pasión, ni somos las manos que se entrelazan con aquella canción. Somos solamente dos almas jugando a ser humanas y que añoran volver a casa....

Del otro lado del espejo, ¡todo sereno! El rostro reflejado mira a través de tus ojos y recuerda... se respira un día a la vez, porque ya estamos en el final de la cuenta y ¡no hay vuelta atrás que desarme la tregua! ¡Sólo sos una sombra en medio de la espera! ¡Sólo soy un sonido recordándote que estás vivo!

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