viernes, mayo 18, 2012

Quien busca consuelo

No bastando con distorsionar historias,
ni cayendo en cuenta de cómo nos afecta la memoria,
viene el viento entre un canto de cuencos y una luz ultravioleta,
a calzarnos con conjuros de miles de estrellas...

Se me va entonces la voz frente a esta silueta,
que me recuerda dónde dejamos de soñar despiertos,
pues comprometidos, como estamos, con la magia y lo sagrado,
te veo a lo lejos levantando campamentos...

Me pregunto entonces:
¿será eterno esto de jugar sin roces?
porque aunque me sienta en mi trono de esmeralda, oro y plata
y gobierne a mis anchas lo que llamo casa,
sé que se aproximan tiempos de cambios lluviosos,
que pondrán a prueba mi corazón de alcachofa,
tu voluntad de protector brioso,
las promesas que hayamos hecho
y lo que se produce bajos los encuentros de Luna Llena que atraemos...

No puedo asegurarte Mago
que esté dispuesta a luchar de nuevo hombro a hombro,
pues son tantos rostros, cuerpos y nombres los que he recordado,
que me canso de pensar en seguir jugando;
pero sí puedo libertarte de la tentación que te ata a la orilla del abismo,
soltar las maldiciones de disolverte en la sombra con cada respiro,
borrar los dolores que recorren las venas como recuerdos pasajeros,
transmutar en risas y rituales aquellos tormentos,
reforzar tu deseo de abrir las alas y despegarte del suelo,
comprender el por qué de la búsqueda en cada círculo que hacemos,
compartir los aprendizajes que nos aguardan
y aceptar instrucciones como una buena alumna de magia...

Más allá de eso... vamos avanzando,
madurando cada apego,
soltando las esperanzas de volver a vernos,
dejando que el destino tire un poco las cartas a su antojo,
mientras te veo brillar conjurando con el rabillo del ojo,
pues del otro lado del espejo,
ya no deben existir amarguras, delirios ni pesadillas de locos.

¿Buscás consuelo? ¡Sólo puedo darte esto!, pero sé también que puede ser mucho más que miles de aquellos besos...

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