sábado, diciembre 01, 2012

La diferencia fue...

Hoy ha sido un día de entradas y salidas, de mensajes, llamadas, publicaciones, conversaciones y decisiones. Ha sido un día de no parar de hacer y no hacer nada a la vez. El día no acaba aún, faltan horas de compartir con amigos, de disfrutar de la humedad que nos dejó la lluvia, de comer en familia y de verte a los ojos cuando las estrellas alumbren el horizonte. Hoy la Luna nos guiará los pasos y sabremos realmente qué ha pasado.

Hoy comprendí mejor la caída de la emoción, el distanciamiento palabra a palabra, las horas de silencio entre suspiros y aquellas caricias que nunca olvido. Hoy pude ver a través del velo de la ignorancia, que ocultaba de mis ojos la realidad de tu presencia. Hoy percibí más claras las razones del por qué simplemente no se daba lo que decían las lecturas de cartas, si a todo el mundo se le cumplían al pie de la palabra. Hoy encontró su lugar la pieza final del rompecabezas, que aunque está un poco empañada de nostalgias pasajeras y de vez en cuando me trae el olor de la extrañeza, también me permite ver mejor aún el paisaje completo que formaron las decisiones tomadas con pereza.


¿La diferencia entre vos y yo? que yo lo vi tarde, o bueno... fuera del tiempo establecido con caducidad de vencimiento. Cuando ya había pasado el tren que nos llevaría al paraíso y yo seguía esperando en la estación que alguna vez nos vio besarnos. Dicen que nunca es tarde para cumplir los sueños y quizás sólo hacía falta un recoratorio de cómo se siente volar sin miedos, para que retornara al entendimento y me tirara al vacío mostrándote mis sentimientos... hasta con esto mi Sol intervino con las palabras exactas y aún no sabe realmente su efecto.

Queda un resabio de ilusión adolescente.... no lo voy a negar. Queda un hilo de sueño esperanzado que me hace brillar al volver la vista atrás. Pero queda también suspendido para cuando regrese, sabiendo que no acabarán los mensajes, las palabras, las promesas, los silencios, los recuerdos de cuando estuviste presente, sólo que ahora ya no tienen la fuerza para retenerme y mis alas retoman la libertad que desearon siempre. Ya aprendí a volar internamente, ahora lo hago de cuerpo y mente.

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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno