martes, octubre 09, 2012

Despedidas a pesar del sentimiento...

Una, dos, tres, cuatro veces buscamos cerrar ciclos y decir adiós. Tantas más nos traicionaron los labios que no querían dejar de besar, las manos que necesitaban volver a rozarnos las pieles, la mente que recordaba con disfrute imágenes, sonidos y gestos inconscientes... el corazón, que sabía en el fondo lo que le era necesario para respirar y sentirse vivo de nuevo, aún bajo los tormentos del día a día emocional. Incluso la distancia, el tiempo, las horas de silencio y separación, no lograron que olvidáramos cómo se sentía pensarnos, encontrarnos en medio de la noche oscura sureña y disfrutar del amanecer bajo las estrellas polares que nos hacían pedir a gritos que no acabara el sueño de un amor por fin expresado. Todo tiene un inicio, todo tiene un final. Todo se va por el precipicio de la inseguridad cuando creemos que debemos cumplir con nuestra responsabilidad social. Todo cambia, todo ciclo vuelve a empezar. Hoy, más allá de un reclamo o una lágrima de despedida, te mando un adiós de alma a alma, un te veré de nuevo en otra vida, cuando los dos seamos libres de las decisiones que también llenan nuestra cotidianidad. Hoy, no estoy dudosa de que sea el momento de cerrar. Hoy, sé que mis palabras llegaron a calmar tu ansiedad de tener que decidir entre un cuerpo de mujer y cuerpo militar familiar. Hoy, puedo por fin cortar los lazos que tanto nos ayudaron a sanar las sombras que traíamos de historias pasadas y que, aunque nos doliera aceptar, era ya tiempo de soltar. Te mando un último beso a través del universo y sé que cae juguetonamente en tus labios cuando suspirás por un último abrazo...


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