viernes, octubre 19, 2012

Una promesa de retorno

Recuento lo vivido en los últimos meses y caigo en cuenta de los cambios vitales por los que ha pasado esta mariposa-hadita para convertirse en la Moira que controla el destino de su vida. Miro atrás y reconozco viejos encuentros con terceros, que en medio de angustias, sueños y metamorfosis, le abrieron las puertas al tiempo para que me renovara desde adentro. Han sido largas jornadas mágicas, incontables conversaciones con duendes, saltamontes, mariposas, brujas, magos, sauces, centauros y faunos, que a lo largo de los meses de saturación emocional, me subieron a los cielos y me revolcaron por los infiernos de la inseguridad.


Se acerca el final de esta primera parte del viaje... Me llevo conmigo recuerdos ancestrales, comprensiones de historias que nunca hubiera imaginado, queridos amores con quienes me he reencontrado, grandes lazos enraizantes con el cielo y la tierra y el orgullo de haber aprobado la aventura que una vez me advirtieran. He disfrutado de días y noches mágicas, cuerpos sin nombre ni memoria, amistades entrañables, concepciones de historias sin trascendencia en el aquí y el ahora; he llorado lágrimas de sangre y vergüenza; he sufrido dolores y regaños sin procedencia; he logrado alcanzar la meta de individuación de mi ser interno, al punto de que Marina lograra integrarse al proceso y Moira reparara las heridas pasadas de apegos.



Sé que no termina acá el crecimiento. Sé que me esperan meses de poner a prueba lo aprendido. Sé que es ahora cuando debo demostrar que realmente completé el entrenamiento. Un palpitar en mi pecho me recuerda que estoy más viva que nunca, que ya no existen amarres viejos, que los errores pasajeros han quedado en el pasado y que tengo la fuerza para enfrentarme al nuevo reto.


En ocho semanas estaré de nuevo en casa... y sin embargo, siento que dejo mi corazón guardado en un cajón sureño que me espera para retomar la vida de vuelta. Este año de aprendizaje fue a como me lo predijera mi hada caribeña: un viaje que me cambió la vida y me conectó con mi fuerza interna, me convirtió en maestra, sacerdotiza de la diosa, mujer adulta, amante en libertad, hermana de sangre universal, alquimista moderna. 

¿Regresaré algún día? -- me preguntan quienes me rodean... y me recuerdan la nostalgia antigua de mis ancestras. ¡Volveré! -- dice mi corazón en un susurro de esperanza, pues sabe que si no está cerca del Lago Oscuro, del Sauce Perdonador, de la Cascada de los Duendes, de Puerto Pañuelo, del Lago Gutiérrez, de los Arcos del Centro Cívico, de la calle Mitre, de Rapa Nui, de Tante Frida, de Wilkenny, de Malabar, de Santino, de los Andes nevados, de mis hermanos mágicos, de las hojas naranja cayendo en el otoño, de Playa Bonita en el verano, de las caídas en el Catedral durante el invierno, de las tardes tomando mate bajo los árboles de la costanera en primavera y de tantos amores que me llenan el alma mientras camino por los kilómetros de mi CASA, no volverá a latir realmente con la intensidad que recuperó al volver al sur, llamado por una necesidad inconsciente de reencarnar en vida, esta vez sin contenerse. Sabe además que dependo de mis decisiones y formas de actuar, aunque el mundo se oponga o critique los cambios que mi vida tomará.


En medio de este cambio que va llegando a una pausa en el proceso, pues sé que voy de vuelta sólo para terminar de cerrar los ciclos que quedaron a medias, me gustaría encontrarte en el camino de sorpresa y comprobar que no estábamos tan locos cuando entre una palabra, una caricia, una carta, un mensaje, un beso y una llamada, sin existir lazos kármicos que transmutar, ni entender realmente lo que pasaba, se nos salió el juego de las manos y creímos vislumbrar un brillo en los ojos cuando nos mirábamos. Sé que no voy a encontrar seguridad en el intento pero me lanzo al vacío confiando en que mis alas están listas para desplegarse, pues si me quedo esperando a que el tren del destino se detenga, temo que me convierta de nuevo en la mujer de sal que vine a reparar y nos perdamos una vez más... no puedo entonces prometerte nada, sólo que si te atrevés a ser valiente y espontáneo, el camino en libertad puede ser divertido y mágico. 


Moi-Mari (Mari-Moi) toma porfin en sus manos los hilos de su destino y se prepara para vivir al máximo el último trayecto del viaje de renacimiento, con el corazón seguro de sus sentimientos, la cabeza fuerte para pensar más allá de los apegos, el cuerpo equilibrado en su femineidad y masculinidad internas y el alma segura de quién es por dentro y por fuera. Frente al lago, me lanzo a vivir sin tomar en cuenta las fronteras humanas que separan el tiempo, el espacio y las historias que nos hemos contado... ¡les prometo que esta vez no tardo tanto!

2 comentarios:

  1. Nena... esta vez no puedo decirte versera porque reconozco a esa guerrera fuerte que tanto admiro en vos! Ya encontraste el camino a casa, ya sabés dónde encontrar la puerta al jardín secreto, ya te ganaste nuestros corazones más allá de una amistad pasajera y ya sos una más de nosotros que canta bajo el sauce y toma mate con una muzarella. Me encanta leerte, conocerte y sentirte cerca y no tengo palabras, por primera vez me dejaste en pausa!! Te quiero un montón bruja!!

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  2. Me voy a sonrojar mago versero... te mando un beso nene ;* hoy más que nunca sí, me siento una de ustedes y soy feliz!! Aunque tenga que esperar un poco para radicar definitivamente XD

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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno