sábado, octubre 13, 2012

Sueños desbloqueados

En medio de los cortes que como aprendiz del sendero realizo, el soltar un deseo abrió de nuevo las puertas de aquel paraíso, pero resulta que ahora es un paraíso extraño, ajeno, poco emocionante, que se siente de pronto impuesto y medio aburrido.... 

Sueño...

Moira escala su montaña, pero esta vez no va en solitario, la acompañan uno de sus compañeros álmicos y su hermana. Los tres comprometidos con las tradiciones de la Diosa, dejan en una gruta del camino ofrendas para la creadora de vida sagrada. Saben que el aliento ofrecido va más allá de un simple cumplido... es su compromiso. Descienden a rapel poniendo pies en tierra y se encuentran con su comunidad de costumbre, compartiendo alrededor de un fuego transmutador que conecta sus chakras raíz con su amada Gaia. 



El compañero-mago da vueltas ansioso por el campamento, buscando el momento apropiado para acercarse al grupo y la hermana de Moira con tedio en la voz, pone en evidencia que no se detendrá hasta "conseguirlo". ¿Qué desea conseguir? ¡El rol asumido por su espíritu! Ante estas palabras decide accionar su parte humana y levanta a Moira del suelo tirando de su mano. Ambos caminan juntos hacia un costado del campamento y con resignación aceptan un destino impuesto por terceros...

No hay rechazo, tampoco hay emoción. No se sienten incómodos los besos, abrazos y caricias, pero no existe aquella conexión que alguna vez nos reencontró. Es simplemente un trámite, un destino que cumplir, un ir y venir en medio de una linda amistad.... y al despertar, decido que elijo otra forma de caminar. Recuerdo entonces las palabras de una de mis compañeras mágicas, que hace pocos días me reflejó la necesidad de apostar por un tercer camino, más allá de los mandatos y compromisos mágicos.


Vuelvo al diario transitar barilochense, entre cursos, amigos, tragos, magia, conquistas y desvaríos. Comunico lo que creo conveniente al alma con quien pacté cumplir responsabilidades ancestrales, señalándole a mi propio corazón que es libre de volar más allá del horizonte pintado siglos atrás y me libero del grillete que mi maestra visualizó en el cuello, dejando de asentir con sonrisas falsas ante las demandas de quienes caminan conmigo en el sendero.


¿Qué deseo? Esta pregunta queda suspendida en el aire, entre un abrir los ojos con las últimas imágenes oníricas y el primer aliento del despertar por la mañana, que llenan mi alma de hermosas esperanzas... hasta que caigo en cuenta de que es un día más sin saber si aún existirás. Inhalo y exhalo, recordando cómo se siente un palpitar de corazón, que me pueda guiar a contestar con honestidad... Deseo...


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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno