El aroma comenzó a expandirse a lo largo de una noche, cuando rompiste con patrones de seducción impuestos. Tus besos con sabor a fresa y fuerza de viento, trajeron a la mesa lo que estaba oculto de las manos ajenas. Un sentirte tan perfecto desató un poco la tendencia a salir volando sin rumbo ni esfuerzo, pero dijiste las palabras que tranquilizaron el ritmo del encuentro. Y mi piel... simplemente reaccionó sintiendo bajo el roce de tus manos que dejaron de sentirse extrañas, en el instante en que tocaron las líneas de mi espalda.
¡Vamos a ver qué pasa! Por ahora simplemente hay colores en el horizonte y tu aroma aún está en mis manos, en mis labios, en todo mi cuerpo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario