jueves, julio 12, 2012

Noche en compañía de improviso

Cierro los ojos,
pido entendimiento sobre algo completamente cognitivo,
creo que puedo comprender las dificultades del olvido
y de pronto ahí estás, ahí están,
tan cercanos, tan vívidos,
simplemente tendido a mi lado cual costumbre sin peligro...
no, no, no, me despabilo,
no es lo que estoy buscando,
sólo quiero saber por qué me cuesta tanto esto de escuchar sin leer los labios,
pero cuando vuelvo a colocar sellos de protección a mi alrededor,
sus rostros se acercan impávidos y tranquilos,
el tuyo sin género ni edad,
y el suyo tan femenino e infantil como lo recuerdo de otros viajes oníricos,
me tomás de la mano,
me abrazás
y me susurrás al oído:
"sólo dejame dormir por hoy con vos, 
como hace mucho tiempo no lo hago,
por favor!",
yo no entiendo la conexión,
yo me fui a la cama pensando en otras posibilidades de acción...
pero una bruja ayahuasquera me aclara las señales de la vida:
"todo se relaciona en tiempo, espacio, recuerdos y tareas prometidas,
no como deudas, no como castigos, no como sacrificios,
son actos de amor, de aprendizaje, de crecimiento,
que pueden entremezclarse con tus actuales deseos"...













un camino se abre adelante,
se despeja el follaje de tristeza y abandono,
no hay más flores deshojadas,
no hay más deseos esparcidos por el horizonte,
no hay más esperanzas de la nada,
todo se resume en una palabra, una acción y un nombre,
que nos traspasa,
nos supera,
no le interesa cómo, cuándo ni en dónde,
pero nos da la libertad de jugar sin reservas,
simplemente entendiendo aquello cognitivo que no tenía razón para el olvido...


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