sé que este año mi Luna se encuentra brillando en fuego sagrado
y de ahí he sacado la fuerza para poner en orden los recuerdos,
pero una vieja conducta viciosa de castigo me vuelve vulnerable
haciéndome sentir demasiado expuesta ante las respuestas de terceros.
"Debés retomar tu lugar asignado por derecho de nacimiento" --
me recuerdan al oído una y otra vez mis maestras de este tiempo,
"es el año de despertar la fuerza que te hace cortar con tantas deudas" --
me repiten sin cesar al ver mi carta astral, mi aura y mi personalidad,
tomo con fuerza entonces la escoba mágica que dejara oculta tiempo atrás
controlado mi tendencia a querer saber qué pensarás...
Un duende me recuerda que ese miedo a la exposición del corazón de cristal ya no es mío,que salí por la noche de las cargas que me habían asignado como compromiso,
que soy más fuerte que mi incomodidad por mostrar mi rostro,
que no es mi problema si moví energías que estaban en reposo.
Pero debo ser sincera...
ahora puedo ver cómo se llama este sentimiento que siempre ha estado,
es preocupación de lastimar a otros
y culpa por causar una imagen agresiva, firme o demandante;
el saber el nombre no le quita fuerza a la tendencia de sentirme expuesta y cuestionada,
simplemente hace que sea más fácil conversarlo con mis hadas.
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