sábado, julio 14, 2012

La inclusión del Pino

Baja la temperatura y el cuerpo no puede entrar en calor,
doy vueltas en la cama esperando que la calefacción haga su efecto,
una sombra se arropa a mi lado sin pedir permiso,
escucho explicaciones incoherentes que aclaran el corazón desabrido:
"todo tiene que ver con la culpa,
es un autocastigo,
por haber sucumbido a los amarren del pasado
y a no querer entender palabras de rechazo...
todo tiene que ver con creer en las obligaciones
por encima de las emociones,
colocarse en el lugar de los objetos
que no poseen libre albedrío".

Me despierto de un brinco...
con dolor en el lado femenino,
recuerdos sensoriales de la carne quemada por presiones,
pensamientos sobre ser envase que no son míos
y me digo: "ya no quiero cargar con este hastío",
así que a la mañana siguiente,
rebuscando entre mis antiguos papeles de flores y remedios,
me encuentro con lo obvio que no había notado
o que había preferido ignorar por miedo al resultado:
necesito la esencia del Pino,
que me libera de culpas añejas,
corta deudas karmáticas,
rompe con la tendencia al flagelo
y suaviza las promesas incumplidas con la vida.
¡Se rompió el hechizo!

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