domingo, julio 01, 2012

Mirando adentro del corazón de alcachofa

Había razones de sobra para que el corazón de alcachofa de aquella princesa buscara resguardo entre paredes de hielo, hierro y cuarzo. No estaban de sobra las precauciones que lo resguardaban de las noticias en el viento y las palabras de fuego. El veredicto ha sido claro, han conversado la mente, el cuerpo y este corazón desgastado: "No quiero amarte si eso implica de nuevo tenerte cerca y no poder tocarte; no quiero sentirte a mi lado si el sentimiento no corresponde a lo deseado. He dado ya en muchas ocasiones mi alma, mi vida, mi piel y mis alas por vos, con la excusa de que era por amor, y no quiero seguir en este desgaste de energía, si no existen posibilidades reales de ser correspondida... ¡y sí, te amo, y creo que lo he hecho por demasiados años, pero me amo más yo!". Con esta última declaración, la princesa mariposa se va a recuperar fuerzas en otros brazos que siempre la aguardan, se retira del mundo con una única esperanza: que el cordón de luz que la ata, se corte prontamente para poder continuar en paz la marcha. Duele la decisión, se percibe en el aire un dejo de nostalgia y temor, pues la tentación es mucha y peligra en tropezarse de nuevo, pero sabe también que si no hay compromiso y honestidad de ambos lados del espejo, no puede continuar invirtiendo en esta conexión... por más costumbre, ilusión y deseo.

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