sábado, julio 14, 2012

Estirando y Resoñando en 4 pasos

Como resultados de incluir al Pino en los remedios mágicos,
escuchando siempre al cuerpo
y permitiendo que los deseos afloren,
hoy simplemente se dio el movimiento...

Mañana.
Una gota de pino fue suficiente,
como suave néctar lubricante
se deslizó el alivio ámbar por los huesos y la sangre,
llegó la paz al corazón resignado
y la claridad a la mente confundida por los alegatos.

Tarde.
Con los brazos elevándose hacia el cielo,
cual si fuéramos sirenas que saltan en el océano
o árboles que saludan sin miedo,
las caderas se abren hacia afuera
y puedo percibir cómo el asana equilibra mi postura,
fluye mi energía rítmicamente,
me alegra el día con el lago oscuro de frente.

Ducha.
Cae el agua caliente a presión,
la misma presión que percibe la garganta al contener aquel dolor,
logré comprender que no fue un rechazo,
sino un cumplimiento con roles ritualistas de rutina,
no existió más sentimiento que el respeto a las deidades,
pero la inmadurez no permitió escuchar razones familiares...
así que bajo la caída del vapor y con la plena conciencia del amor,
pedí disculpas y disculpé,
di las gracias por compartir experiencias,
abrí las manos que ataron cualquier pasado,
rompí lo que quedaba de cadenas entre el dragón y la sirena,
limpié resabios de caprichos principescos rezagados,
encomendé a los seres de luz para que se hicieran cargo
y decreté las nuevas condiciones de cualquier trato.

Noche.
¡Sorpresa!
¡Alegría!
Emociones que sin intencionar fueron llegando ahora que tienen espacio.
Hay espacio para los nuevos sueños y la maravilla,
maravilla que resultó ser abrirle las puertas a las propuestas:
de vida en pareja, de familia completa, de Emma,
de anillo, de boda wiccana, de hogar, de casa,
de planes en conjunto,
de vida compartida más allá de un juego y una noche de cama.
Como ya no hay castigo porque no hay deuda,
como ya no hay necesidad de sacrificio,
la ilusión de la maternidad comienza a crecer de la nada.

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