Ante algunas censuras y malas experiencias, la señorita Histeria se había resguardado en una cueva de cristal y máscaras tiernas, había ocultado sus garras y moderado su andar felino por la azotea, pero en una Luna Llena de fuego antiguo, sus acompañantes nocturnos, el lobo y el vampiro, la invitaron a salir a dar de nuevo una vuelta, por los cielos, bajo las estrellas. La señorita Histeria se vistió de rojo un poco con temor de llamar la atención y ser juzgada como descarada, se perfumó con su aroma de niña mala, se pintó los labios con demandas específicas de lo que deseaba y al salir de nuevo al mundo, dejando que su diosa la bañara con oro y plata, escuchó el llamado del viento que nunca dejó de gritar su nombre, esperando con paciencia a que recuperara su lugar en el horizonte.

Extendió las alas entonces, vio que podían ser multicolores, dejó que su corazón inmortal la llevara a pasear y sintió de nuevo cómo la sangre se llenaba de adrenalina al volver a cazar.
Sabe que en su cotidiano respirar el Sol la acurruca para reponer fuerzas, reír sin maquillaje, disfrazarse de niña buena y recorrer mundos de alegría y relaciones verdaderas; pero sabe también, que cuando tiene ganas de sangre fresca, de nuevas emociones y de otras experiencias, su Luna le alumbra el camino y puede llevarla a encontrar su destino.
La señorita Histeria recuperó su fuerza, paso a paso y sin dejarse arrastrar por ideas viejas, simplemente escuchando al corazón, tiñéndose de violeta y disfrutando del juego tentador que siempre le llamó la atención. Unió de nuevo su cuerpo, alma, mente y corazón, recordando que no solamente es mariposa hada buena, sino también bruja vampiresa... y respiró profundamente hondo: se avecinan aires de conquista y seducción!
Bienvenida de nuevo al Arte antiguo de la seducción, a las sonrisas pícaras y al la noche con Luna de pasión.
ResponderEliminar-El vampiro-