viernes, noviembre 30, 2012

Luna llena en Géminis...

27 de noviembre. Entre una explicación de Flores de Bach, un movimiento conciente a lo Gabrielle Roth y una clase sobre la importancia de despertar de nuevo nuestra intuición, caigo en cuenta de la necesidad de incluir perdón a mi vida. Perdón de corazón, de ese que nos libera más allá de una intención, de aquel que podemos sentir cómo transmuta en nuestra piel siglos de dolor. Parecido a la bolita roja de Ana que tanto me liberó, pero aplicándola también a este lado del sillón, donde se han sentado tantas generaciones de antepasadas, que cargando con culpa a toneladas, se han castigado negándose el amor que alguna vez añoraron y traspasándonos la creencia de que ningún hombre es confiable, respetable, valorable y mucho menos necesario para ser felices... aunque eso signifique sacrificar amores y sueños de perdices. 


28 de noviembre. Un grupo de aprendices se reúne para continuar con una temática que se estaba volviendo un poco aburrida, poco conectante, pero comestible en el pasar de los días. Al amanecer del día se dan situaciones que me conectan con resentimiento y viejos rencores. Para el medio día, cansada de sentirme abatida recuerdo... esto es sólo un juego, compramos los tiquetes para la montaña rusa y después olvidamos que somos adictos a esta adrenalina que nos pone como locos. Llega la tarde y con ella el nuevo aprendizaje... El perdón.


Es sólo un cambio de perspectiva... no es olvidar, no es repetir comportamientos enfermizos, no es permitir que haya más violaciones a los límites que nos propusimos. Es sólo recordar lo que somos, a qué vinimos, por qué nos encontramos y qué me molesta realmente de lo que pasa en el camino. Le doy vueltas en la cabeza a las razones del patrón repetido. Trato de entender lo que me conecta con esta energía cambiante de rostro, escenario y vestido. Hago mis ejercicios y solicito a mi equipo de apoyo la claridad que sólo la noche me puede dar.

29 de noviembre. Mientras medito en acción me doy cuenta de que suelo intercambiar algo mío por atención. Aprendí con mis adultos referentes que la vida no es gratuita y que no existen favores libres de costo, todo tiene un precio y debo pagarlo si espero obtener el cuidado que deseo. Esta idea oculta otra aún más alarmante para mi alma... si no se hace lo que quiero castigo con el silencio, la exclusión, el desamor, la frialdad de corazón y reclamo a los destinatarios de mi "cariño", el no mostrarse atentos cuando los solicito, preguntándome después qué pude haber hecho erróneamente o en desatino, que causara la respuesta de alejamiento o "no compromiso". Afortunadamente para mi niña caprichosa, son pocos quienes rechazan semejante ofrecimiento de cercanía por mi parte, pues he sido hábilemente entrenda en la seducción a través de las palabras de apoyo, las miradas atentas, los cuidados esmerados, la energía invertida en tanta satisfacción del otro a cambio de compañía.

Realmente me impresiono ante este entendimiento y hago el cambio conciente que me da la libertad de acción que deseo... Hago lo que quiero, sin importarme si el otro está o no de acuerdo o satisfecho, sin tomarme personal una respuesta de lejanía o acercamiento, sabiendo que simplemente estamos aplicando ambas partes el libre albedrío que alguna vez tuvimos. Pruebo aplicarlo entonces en el trasncurso de la tarde, antes de irme a jugar con mis brujitas cinéfilas, que sé me van a preguntar qué hice anoche, pues estamos conectadas desde el corazón y el alma que nos honra. Mando algunas solicitudes sin importarme el qué dirán, retomo algunos contactos que por ego había dejado atrás, contesto mensajes que sé no tendrán respuesta después de un "¿Hola, cómo estás?". Me siento, me reviso mis reacciones espontáneas y me asombro... algo ha cambiado de la noche a la mañana (literalmente) con sólo que comprendí la trama.

Dejo entonces ser en libertad, voy dejando atrás viejas necesidades que me daban ansiedad y me preparo para el viaje que me conectará con mi mayor prueba de voluntad... enfrentarme al Sol en el lugar de los recuerdos, enfrentarme a soltar las cosas que una vez nos unieron. Vaciar mis viejos roperos y soltar lo que no me cabe en las maletas para retomar el sendero. Enfrentarme al Mago, ya sin sentimientos. Enfrentarme a tus silencios.

 Me lanzo entonces al vacío y me preparo, pues siento que este será el último paso para que Moira logre realmente terminar de convertirse en la mariposa que vuela sin plan de viaje, que disfruta de la libertad que le dan sus alas y que ama sin preocuparse por nada, cumpliendo con su misión sea donde sea que esté su morada y encontrándose con el buscador que tanto la aguarda.

30 de noviembre. No sé que pasará de hoy en adelante... simplemente sigo haciendo lo que mi corazón me mande y probando cómo se siente el vacío de no importarme...

2 comentarios:

  1. esta luna nos ha puesto a todos de cabeza versera!!! ;*

    te quiero un monton nena hermosa!!

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  2. me volteo de cabeza, me sacudio por los pies y volvio a colocarme donde debía, unos metros mas aca, unos años mas alla jajajajaja

    abri puertas y ventanas, pinte de azul los lugares oscuros de mi alma y deje que cada quien decida que quiere hacer sin tanto drama ;)

    yo tambien te quiero un monton nene lindo...
    y gracias por ser de los que compartieron la hecatombe estos dias versero!! ;*

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Cuando soñamos las cosas parecen más reales...

el sueño nos conecta con nuestro mundo interno